En el trato con el arte de Reinhold Georg Müller, en Espana Jorge Müller, lo primero que impresiona a la mayoría es la perfección del acabado. La piedra trabajada y alisada invita al espectador a ponerse en contacto con ella de una manera casi sensual; a comprender y palpar las formas con las manos y la vista.

Aparte de la funcionalidad, las cuerdas de acero y las tuercas de dimensiones descomunales parecen contusionar y deformar la piedra en contra de todas las leyes físicas. Ciertas partes de las piedras, en las “Heridas“, son dobladas casi hasta los límites del propio material y parecen ser sacadas del bloque. Después de sus primeros trabajos, que estaban basados en la abstracción figural, Jorge Müller encontró su propio vocabulario de formas y llego a ser “El Müller de las contusiones“. 

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